martes, agosto 2

¿Que no daría yo?


¿Que no daría yo?
A ti.
A ti no te cambaría, a ti no te dejaría cambiar… no para mal, eso no podría estar bien, pero mucho menos para bien, demasiadas cosas malas de ti son las que me agradan a mí.
No importa, si me piden el cielo, me importa que seas tu quien me lo pida, solo tu sabes que jamás bajaría las estrellas del cielo, porque entonces, ¿que miraríamos en las noches?
A ti te daría mucho, aun mucho de lo que me queda por darte.

Daría montañas, nubes, agua, fuego, tierra, daría mi aire después de asfixiarte el pensamiento de besos. Seguro ya has pensado en eso, de tantos sueños que paso contigo de seguro alguno ha logrado penetrar en tu mente, para que si no es muy tarde, me dejes preguntarte, ¿puedo tenerte?

Para escribir no hace falta saber rimar, ni tener la poesía arraigada a tus venas como la arena en el mar. Porque La inspiración no nace en el escritor, el escritor nace con la inspiración... esto me lleva a la conclusión de que de seguro, en alguna parte de mi, cuando yo naci, nacías tu…

Nadie nace el día que celebra en su cumpleaños, todos nacemos cuando la vida nos golpea y nos lleva a un espejo que debemos limpiar. Cuando terminas de quitarle los miedos y las heridas a tu reflejo, naces en verdad. Nacimos juntos porque a diferencia de los demás, a nosotros nos dejaron limpiar juntos y ver en el retrato lo bien que era no verse solo en aquel destello del futuro. “Estas loca” en definitiva es lo que debes estar pensando y lo se porque a diferencia de mi, tu eres normal.

Si escuchas un susurro en tus sueños y sientes la irrealidad rozándote la filosofía… si sientes que estas cambiando tus razones…  no abras los ojos, puede que notes la verdad, puede que veas que en realidad no estoy en tu habitación y que solo es la musa de tus sueños redireccionando el curso de esta historia que como toda buena historia con un trágico final, se convierte en el comienzo perfecto. Por eso de tantas cosas que podría dar, se que lo único que no daría, es a ti.

Fácil es despedirnos esta vez, advirtiéndote y rogándote que corramos lejos… debemos huir, nos vemos en el rincón clandestino donde no nos encuentre mi razón, allá lejos de lo que he aprendido, cerca de mis errores y mis fantasías. Corre, huye, déjame llorar un rato más, frente a ti 
solamente voy a sonreír…

Que corras te digo…  desaparece en este instante… mi conciencia esta a punto de despertar, y de seguro querrá separarme
de ti…
una vez mas…