miércoles, abril 24

Sonrisa de Amélie



Cuando logras lo que tu inconsciente quería y la sangre del amigo se esparce por el suelo; cuando tus demonios te dominan y se ríen al fondo diciendo, "Sabíamos que lo ibas a hacer mal", nada nuevo para tus oídos o triste actualidad.

Arrástrame infierno... tú,  a quién algunos llaman "Tierra", eres ese mundo subestimado que de hermosa manera disfraza al mal... Te lo pone tan dulce que lo puedes confundir con aquello a lo que debes amar. Suicida sonrisa que esboza quietud y sosiego, en el fondo se aruña las entrañas en busca de paz. De tus manos temblorosas, dulce música haces sonar; buscarás eternamente lo vanal para sobrevivir de aire y no de vida en realidad.

Imbécil el inocente que confía en el mundo y su capacidad de cambiar, no logramos nunca borrar por completo lo que nos acecha en la esquina del cuarto, detrás de la silla y sobre una pila de ropa a mal doblar, allí se sientan los miedos y observan con lujuria a nuestra tranquilidad, con una sonrisa de Amélie... con ganas de quebrarte el alma cuál resguardada virginidad.

No hay luz si no existes tú,  querida y nublada penumbra, tu que arropas  y finges ser estabilidad, "Es mas fácil estar triste, que andar feliz" dijo una vez una desdichada bajo un techo, con un cigarro a medio fumar, saboreando su última gota de "coñac"...

Le baja la lluvia por el pecho igual que le descienden las ganas de vivir, ¡Arrástrala infierno! y llévala al apogeo de tu mantra celestial, escucha como cantas al funeral de tus demonios quemándose, quemándose y encendiéndote con ellos.